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2022 MAR 09      ENTREVISTA EN DV

"EL RETO ES QUE NO HAYA BRECHA Y PODAMOS SER DUEÑAS DE NUESTRAS VIDAS"

Marisol Garmendia (PSE-EE) Concejala de Impulso Económico de San Sebastián "La forma de hacer de las mujeres aporta un plus a los equipos humanos, negocios y empresas"

El Día Internacional de la Mujer es un motivo perfecto para repasar cuál es la realidad de la mujer donostiarra en relación al trabajo. Marisol Garmendia, concejala de Impulso Económico de San Sebastián, señala que «el paro aún tiene rostro de mujer» en esta ciudad.

¿Cuál diría que es la radiografía de la mujer en San Sebastián en relación al empleo?

Las mujeres de nuestra ciudad tienen más problemas que los hombres a la hora de encontrar un empleo que además sea estable y digno. La realidad refleja una brecha existente en el acceso al empleo y en el salario. En cuanto al número de mujeres desempleadas, podemos decir que el paro aún tiene rostro de mujer en San Sebastián: del total de las más de 7.600 personas desempleadas en la ciudad en enero, 4.278 son mujeres, lo que significa 1.000 mujeres más sin trabajo que hombres. Es verdad que esa brecha es menor que la de Gipuzkoa o Euskadi (1,6 puntos en San Sebastián frente a los tres puntos del País Vasco), pero sigue siendo importante.

Desde su concejalía, ¿cuál cree que es el mayor reto que deben afrontar en este aspecto?

Nuestro mayor desafío es dar oportunidades a las mujeres de San Sebastián para que puedan desarrollar su vida profesional y personal en la ciudad, dándoles herramientas y ayudándoles en su formación y reinserción laboral para que sigan contribuyendo a la creación de empleo y a la economía de la ciudad. Todo ello, desde la forma de hacer que tenemos las mujeres y que aporta un plus a los equipos humanos, negocios o empresas. El reto es que no haya brecha y podamos ser, desde el punto de vista laboral y profesional, dueñas de nuestras vidas.

En 2021, desde la Sociedad de Fomento y en el marco del Plan de Reactivación Económica, se activaron diferentes programas específicos y transversales para el impulso de la igualdad de género con tres millones de euros que han apoyado a 2.310 mujeres. Ese esfuerzo está dando sus frutos y se refleja, por ejemplo, en que la brecha sea menor que en nuestro entorno.

Las cifras señalan que las mujeres jóvenes tienen mayor porcentaje de empleo, pero eso cambia a partir de los 30 años…

A las mujeres muchas veces nos ponen en la tesitura de tener que elegir entre la vida laboral y nuestro desarrollo personal, algo que a los hombres no les suele suceder y, de ahí, esos techos de cristal. Es verdad que entre los hombres hay cada vez una mayor concienciación y que también son partícipes en el reparto de responsabilidades domésticas, pero las mujeres de entre 30 y 45 años tienen que compatibilizar el ser madres o cuidar de sus familiares, no sólo hijos, y desarrollar sus carreras profesionales. Es a las mujeres a quienes se nos plantea ese conflicto.

A partir de los 45 años, ¿qué es lo que sucede?

Ése es el segmento que me preocupa fundamentalmente. Si ya es difícil ser mujer y encontrar un trabajo, es muchísimo más complicado si tienes más de 45 años. Desde la Sociedad de Fomento, nos estamos volcando en ese colectivo y estamos poniendo los instrumentos. Un ejemplo de ello es que incentivamos un 10% más la contratación de mujeres. Además, proponemos planes integrales de formación con prácticas para luego encontrar un empleo, como los programas Reaktiva-T, que hacemos a través de Lanbide y del Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco y que son fundamentales. Hay también políticas en las que acompañamos y tutelamos el emprendimiento de las mujeres…

Dicho esto, las mujeres a partir de los 45 años, cuando normalmente tienen una familia ya encauzada y una experiencia laboral y personal, si se quedan sin trabajo tienen otras posibilidades de incorporarse a la vida laboral sin esa presión de la crianza. Lo hacen, además, en plena madurez y pueden dar mucho de sí. Son esas mujeres a las que tenemos que ayudar porque pueden aportar muchísimo a sus trabajos.

¿Qué mensaje le transmite ese colectivo?

Hay mujeres de esa edad que se sienten con fuerza para reciclarse, aprender e insertarse en el mundo laboral a través de los cursos que desarrollamos desde Fomento. Esas mujeres pueden dar aún muchísimo y, por ello, esas políticas de empoderar a las mujeres y acompañarles junto a las empresas son tan importantes.

A través de las ayudas a la contratación de Lanbide, se han apoyado 108 contratos realizados a las mujeres y se han dado ayudas en sectores como el comercio o la hostelería. En total, hemos podido ayudar a la contratación de 419 mujeres, en algunos casos con perfiles en riesgo de exclusión.

¿Y cómo es el emprendimiento en San Sebastián?

A la hora de crear empleo para ti, pero también para los demás, las mujeres están en primera línea. En las 181 empresas apoyadas con ayudas a la creación, han estado implicadas 118 mujeres. En nuestro servicio de incubadoras, en el que se analiza la viabilidad de los proyectos presentados, el 33% de los proyectos están liderados por mujeres mayores de 45 años y con estudios universitarios. Esa energía y ese empoderamiento son muy destacables.

La visibilización de la mujer es otra de sus prioridades...

Las mujeres tenemos también un déficit en la visibilización. Todos debemos darnos cuenta del esfuerzo que estamos haciendo para conseguir dar empleo y contribuir a la riqueza de la ciudad. Es importante ver que hay mujeres de diferentes perfiles que trabajan en San Sebastián y que están poniendo en marcha sus propios negocios y eso en muchas ocasiones comienza por la obtención de una formación para poder tener un trabajo digno.

Por ejemplo, hay muchas mujeres tituladas, algunas de ellas inmigrantes, que trabajan en ámbitos como el de la ciencia y la investigación, pero pasan desapercibidas. Hay mujeres trabajando en laboratorios, pero no las hay que lleguen a los puestos más altos en las jerarquías de la investigación. Necesitamos romper esos techos de cristal. No hay tantas mujeres directivas o que lideren equipos potentes. Por ello, debemos dar visibilidad a las que sí están, porque las nuevas generaciones, las niñas y los niños, deben tener referentes.

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