Bajo el lema “La mano misteriosa” el Ayuntamiento de San Sebastián, Aguas del Añarbe y Fundación Cristina Enea han presentado una campaña de sensibilización para recordar a la población que el retrete no debe ser utilizado como si fuese el cubo de la basura.
La campaña, que se presenta coincidiendo con el Día Mundial del Retrete, incide en que todos los años toneladas de toallitas colapsan la red de saneamiento de San Sebastián. Carlos García Hernández, concejal de Mantenimiento y Servicios Urbanos, ha explicado que, “aparentemente todo el mundo hace un buen uso del retrete y nadie tira toallitas por el inodoro, pero todos los años nos encontramos con toneladas de ellas en nuestra red. Por eso, utilizando un tono de humor, queremos provocar la reflexión individual, para que cada persona sea sincera consigo misma y piense si es una de esas manos misteriosas que arroja elementos indebidos por el retrete”.
Además, García Hernández ha incidido en que esa práctica puede provocar graves problemas ambientales; se trata de un producto de base textil cuyo uso se ha multiplicado en los últimos años y que produce atascos en nuestros hogares y en las tuberías bajantes de las comunidades vecinales, así como averías e importantes daños en infraestructuras públicas como redes de alcantarillado, equipos de bombeo y estaciones depuradoras de aguas residuales. “Solo el año pasado en las redes de San Sebastián se retiraron 658 toneladas de residuos, a las que hay sumar otras 1.728 toneladas recogidas por Añarbe en sus colectores y en la depuradora de Loiola de las que aproximadamente dos tercios corresponden a la capital donostiarra y el resto a los otros nueve municipios que forman la Mancomunidad", ha dicho García. Se estima que el 12% de todos esos residuos son elementos que nunca se deberían arrojar por el retrete, entre ellos, las toallitas higiénicas, que tienen la capacidad de entrelazarse con otros residuos y provocar graves atascos.
Además de la repercusión ambiental, hay que destacar la económica, ya que la limpieza y retirada de estas toallitas supone un sobrecoste anual de 5€ por persona al año. Cada día llegan a la EDAR de Loiola resiudos en forma de productos de higiene persona, grasas, aceites, pañales, preservativos, colillas, medicamentos, barnices, pinturas y restos de alimentos que se arrojan por el váter.